sábado, mayo 12, 2007

HISTORIA: Capítulo 3. Temporada 1989/1990. Gil apuesta por Clemente

Dos miuras en cuanto a carácter se refiere se encontraban en el Calderón. El técnico vasco era la apuesta de Gil para su tercer proyecto. La intención de Clemente era supervisar cada gestión deportiva del equipo, con Gil esto era poco menos que una utopía, al menos el de Barakaldo consiguió que los nuevos fichajes llevaran su sello.

Patxi Ferreira, Bustingorri, Pizo Gómez y Abadía eran los recomendados por el entrenador, Gil accedió y fue complaciente. Estos cuatro jugadores más el canterano Solózabal eran las caras nuevas para el nuevo proyecto. Todos los proyectos, comenzaban con la ilusión propia de la pretemporada, buenas migas entre Gil y Clemente, piropo de aquí a allá entre uno y otro. Luego, como veremos las relaciones no terminaron tan bien como empezaron.

La pretemporada del equipo no resultó ser demasiado mala en cuanto a resultados, pero el juego del equipo dejaba mucho que desear. El estilo "amarrategui" del técnico vasco no gustaba en exceso por la ribera del Manzanares. Esta desilusión y escepticismo de la grada quedó patente en el trofeo Villa de Madrid, cuando escasamente 5.000 espectadores se dieron cita en el coliseo rojiblanco.

La liga comenzó de forma excelente para los intereses atléticos, ante el Valencia en el Luis Casanova, se imponen los colchoneros por un contundente 1-3. Sin embargo, la siguiente jornada ante el Cádiz, Clemente demuestra su estilo más defensivo sustituyendo Baltazar por Goiko para reforzar la defensa, el resultado que campeaba en el marcador era de 1-0. El público se muestra atónito con la estrategia de su entrenador. A pesar de que los resultados acompañaban y que se ocupaban puestos de privilegio, la afición del Atleti, exigente como pocas, quería ver buen fútbol, y esto con Clemente era muy complicado.

Por otro lado, en la UEFA el equipo cae a las primeras de cambio contra la Fiorentina. El estilo Gil vuelve a aparecer, calificando al colegiado francés de homosexual tras el pésimo arbitraje sufrido por el club madrileño. El presidente rojiblanco será sancionado por ello.

En Copa se cae ante el Real Madrid en octavos con un arbitraje pésimo de Ramos Marcos. El Atlético se plantea incluso no presentarse al partido de vuelta, pero finalmente se descarta esta posibilidad. En ese año, Jesús Gil, nombra a su hijo mayor, Jesús Gil Marín vicepresidente del área económica.

Aquel año se celebra el cincuenta aniversario de la Fundación del Atlético Aviación. Craso error de Gil, puesto que ni eran las fechas de dicho cumpleaños ni el Atlético Aviación había nacido de una fundación sino de la fusión entre dos clubes ya existentes, el Athletic Club y el Aviación Nacional. Este suceso, produce vergüenza a todos los Historiadores del Fútbol, por la carencia de rigor, el exceso de triunfalismo típico de Jesús Gil y la ingente ignorancia de los conferenciantes que se pronunciaron en torno a la celebración.

A todo esto, Clemente es cesado. El equipo marchaba segundo, y las razones de Gil para el despido fueron que el año que viene ya no continuarían juntos. El fútbol no era de alta escuela, pero cuando uno ficha a Clemente ya sabe a lo que se atiene. No obstante, la paciencia del máximo mandatario rojiblanco era nimia. Briones, ocupará en un encuentro el banquillo rojiblanco, puesto que el elegido era el ex jugador atlético Joaquín Peiró.

Con Peiró, el equipo juega con una mayor vocación ofensiva. Con el título prácticamente perdido, la plantilla se conjura para conseguir el segundo puesto. Sin embargo los dos últimos malos resultados de la temporada impidieron conseguir ese honroso puesto.

El final de campaña no fue demasiado agradable para el club. Primero, una sentencia judicial obliga al Atlético a readmitir al Dr. Ibáñez, pero Gil, se inventa un nuevo órgano interno del club que atañe a los servicios de médicos. Al frente de éste coloca al Dr. González, de quien tendrá que depender el readmitido Ibáñez.

Segundo, los jugadores se sienten intranquilos ante las filtraciones de la prensa. Algunos jugadores creen que existe un chivato en el vestuario, sin embargo otros sospechan que es el propio Jesús Gil quien filtra esas informaciones como forma de pago de favores que el sólo conoce. Finalmente el equipo acaba cuarto, y se consuma la tercera temporada de Gil, sin ningún éxito que llevarse a la boca.

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