martes, diciembre 12, 2006

OPINIÓN: ANGUSTIA CASERA

Cada partido del Atleti en el Calderón es un suplicio. El conjunto rival llámese como se llame comienza dominando, teniendo el balón y las ocasiones. El Atleti, en cambio, como si el partido no fuera con él deambula perdido en el campo, sin ambición, sin presión, sin velocidad, y hasta en algunos jugadores cierta desidia. Luego no se extrañen porque el Atleti comienza perdiendo en casa, y no en una ocasión ni en dos sino en todos los partidos que se llevan disputados en la ribera del Manzanares. Con el tanto rival, salvo el día del Villareal, el conjunto rojiblanco no reacciona y deja su suerte al comienzo de la segunda mitad. Claro, que los rivales no son tontos, y con el marcador a favor comienzan sus artes de perder tiempo, se encierran atrás y a salir rápido a la contra y así durante siete encuentros más el de Copa del Rey. El balance: 3 victorias con remontadas ante el Sevilla cuando los de Nervión se quedaron con 9 hombres, ante el Recreativo tras expulsión onubense y mano clamorosa del Kun Agüero, y contra el Villarreal tras una estupenda remontada. 4 Derrotas: Valencia, Espanyol, Zaragoza y Levante en copa y un empate ante la peor Real Sociedad de la historia. En definitiva, un deplorable desastre y , esta vez, no hay excusas arbitrales, hay razones a tal desastre. El equipo a parte de sus carencias, juega con fuego todos los partidos y en la mayoría se acaba quemando. Buena parte de culpa la tienen los de siempre, esos que fichan y piensan más en la tajada del pelotazo del Calderón que en el propio bien del club que dirigen, pero también los jugadores especialmente Pernía, Perea, Pablo, Ze Castro y la pareja Luccin y Maniche, y como no el entrenador mexicano, que parece que todavía no se ha percatado que ha recalado en el Atleti y no entrena en el Reyno de Navarra.

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