miércoles, septiembre 02, 2009

"Somos una casa de locos"

El Atlético presentó ayer a bombo y platillo a María de Villota, su fichaje estrella para la Superleague Formula. Del defensa derecho y el mediapunta prometidos para "dar el salto adelante" en lo futbolístico, ni rastro. Los bramidos del coche, que lucía el escudo bien lustroso, no acallaron la bronca que desató en el club la posterior venta de Heitinga al Everton por siete millones de euros.


Fue la gota que colmó el vaso y que enfrentó al cuerpo técnico con el responsable de la política deportiva, Jesús García Pitarch, que hoy por la mañana explicará en una comparecencia que se prevé tensa por qué no llegaron ni Fanni, de 27 años, del Rennes, ni Miguel Torres, de 23, cuya cesión por parte del Madrid tuvieron sobre el tapete y que se fue al Getafe, ambos carrileros, ni Salvio, medio de 19 años del Lanús.

Antes la dio el presidente, Enrique Cerezo, que hizo frente a las críticas como pudo: "Siempre estamos con lo de los fichajes. Creo que ha habido pocos clubes en Europa que los hayan hecho. De los que han vendido, muchos se han quedado el dinero... Tenemos una economía y hay que respetarla". "¿Cuánto les cuesta el patrocinio automovilístico?", se le preguntó. "No voy a hablar de cuestiones económicas con periodistas deportivos", zanjó visiblemente molesto.

Sus argumentos no convencieron al cuerpo técnico, que buscará salir del paso apoyándose en la cantera. Ésta fue la conclusión tras la reunión de Abel y Pitarch por la tarde. "Saldremos de ésta más fortalecidos. El grupo será una piña. Pero, aun así, somos una casa de locos. Encima que no viene nadie más, nos dejan sin un titular que valía para la banda derecha y el eje central de la defensa", expresan apesadumbrados desde el banquillo. Sus responsables consideran "una ofensa" la salida de Heitinga con una plantilla "corta" y "descompensada", según reconocen en el ala noble del Calderón. "Nos dicen que es una operación presupuestaria. Pues... vale. Una vez equilibrado el balance, disponemos malamente de un plantel acorde con las pretensiones del club de quedar terceros en la Liga, hacer algo grande en la Copa y pasar a los octavos o los cuartos en la Champions... Somos la Cenicienta española. Nuestros sueños se vinieron abajo cuando las campanadas dieron las doce de la noche del lunes. Para colmo, traspasaron al holandés con nocturnidad y alevosía", insisten los técnicos. "John cobraba dos millones de ficha. Es un pellizco importante que nos ahorraremos porque no tenemos un euro", alegan varios empleados.

"Las críticas son desproporcionadas. Tuvimos a huevo vender a Forlán y Agüero y no lo hicimos porque eran vitales para nuestro proyecto de futuro. Simplemente, teníamos overbooking de centrales. ¿Acaso Perea no lo puede hacer igual o mejor que Heitinga?", justifica un alto cargo del Atlético, que se ha gastado ocho millones en Asenjo, Juanito, Cabrera y Roberto por los 20 del verano pasado (Coupet, Heitinga, Ujfalusi, Assunção, Banega y Sinama) y los 80 del anterior (Abbiati, Raúl García, Cléber, Motta, Luis García, Simão, Reyes y Forlán). La escuadra no se reforzaba menos desde su regreso a Primera (2002-03).

"Como dicen en el Norte, no se puede vender la piel del oso antes de cazarlo. ¿Cómo íbamos a hacerlo si no tenemos un euro?", se lamentan los sectores más críticos del Atlético, al que pedían 12 millones por Fanni, cuatro más de los que ofrecía, y que tampoco echó el lazo a Salvio por la falta de liquidez. "Habríamos dispuesto de capital si hubiésemos vendido a Heitinga el lunes, pero se nos terminó el plazo. Aun así, decidimos seguir adelante, aprovechar que el mercado inglés cerraba un día después y equilibrar el presupuesto con lo que debemos, que está en unos 130 millones", prosigue un directivo del Atlético

Señales de Humo, la asociación de aficionados más crítica con la directiva del Atlético, aprovecha la ocasión para echar más leña al fuego: "Han esperado a que acabase el plazo de fichajes en España para traspasar a Heitinga, con lo que se deja aún más coja a una plantilla con numerosas carencias en determinados puestos". "Pues ya somos varios los que opinamos lo mismo", coincide el cuerpo técnico, "pero saldremos de ésta. Y, si no, moriremos con las botas puestas".

Por José Marcos.
Fuente: El País

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